jueves, 23 de agosto de 2007

Empezar a demostrar


Un nuevo empate para el millonario de Passarella. Un nuevo empate ante el club jujeño, que hace que River no pueda sumar de a tres en lo que va de su arranque en el Apertura 07. Es cierto, el equipo aún no jugó de local y arrancó tarde el campeonato, pero la verdad es que nuevamente estuvo por volverse con las manos vacías, producto de un juego que sigue generando más dudas que certezas.
Noventa minutos reñidos, un tiempo para cada uno. Por parte de los Núñez, un Ortega que se cargó el equipo al hombro, al igual que lo hizo ante los de San Lorenzo, y un Ojeda, que en cada partido justifica la titularidad en uno de los arcos más codiciados de la Argentina. El debut de Zárate (autor del segundo gol) y Peralta, ingresados en el segundo tiempo, ambos con poca participación; un aspecto que deberán mejorar para ganarse no sólo la confianza del técnico para que les de un lugar en el equipo, sino también, la confianza de un hincha que está ansioso por alcanzar un título. El resto, regular, tal como lo vienen mostrando desde el Clausura: una defensa que aún no adquiere seguridad, una mitad de cancha que termina siempre desbordada y le cuesta la entrega limpia de la pelota hacia delante, y un ofensiva tibia, con atacantes que la mayoría de las veces pasan desapercibidos.
Gimnasia de Jujuy se encendió en el segundo tiempo. Se fue al entretiempo empatando, con gol de Carranza, lo que hizo que levantara futbolística y anímicamente. El delantero, que significó un dolor de cabeza para el fondo de la banda, le dio al equipo de Mario Gómez confianza, y de esta forma salió en busca una victoria que estuvo cerca.
Finalmente, fue 2 a 2, pero River sufrió. Y ese sufrimiento hace presente viejos fantasmas... Lejos de una óptica puramente “resultadista”, la verdad es que se extraña el equipo que jugaba a puros lujos, que goleaba, que tenía orden. Se extraña la tranquilidad de sentarse a disfrutar de un millonario con juego limpio que gustaba. Se extraña el dominio de la pelota durante los 90 minutos y un ataque constante. Se extrañan los pibes de inferiores y las grandes estrellas en la cancha, que están, pero no aparecen...
El campeonato recién comienza y los equipos se están acomodando. River deberá encontrar los 11 mejores que lo consagren campeón al final del certamen. La Sudamericana también es una opción, y aún no debutó.
Es momento de que la camiseta deje de pesar y los colores rojo y blanco vuelvan a estar en lo más alto. Es tiempo de demostrar por qué es el equipo más grande de la Argentina, si, así como leyeron, el más grande del fútbol local por historia, calidad en el juego y cantidad de títulos obtenidos.
(Foto: Club Atlético River Plate, página oficial)

1 comentario:

Agustina dijo...

Qué buena crónica, amiga! Como siempre, excelente estilo. Puedo imaginármelo a Oscarcito dejando escapar un lagrimón por su hija...

Besos!!!

Agus Aquilano